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La mañana comenzó con los últimos preparativos de la exposición. Había que firmar las postales, organizar los sobres en tríos y asegurarnos de que todo estuviera listo. Poco a poco, la energía comenzó a sentirse en el espacio: una mezcla de emoción, expectativa y alegría por lo que estaba por venir.
A las 4:30 llegó José. Empezamos a destapar las obras justo cuando los primeros invitados comenzaron a llegar. El ambiente se transformó. El lugar se fue llenando de amigos, familiares y coleccionistas, mientras la música creaba el escenario perfecto para lo que sería una noche inolvidable.
La comida, cuidadosamente preparada por Faena, nos deleitó a todos los presentes. Entre bocados y conversaciones, celebramos junto a José esta increíble muestra que reúne algunas de sus mejores fotografías. Él nos compartió las historias detrás de cada imagen: los lugares y rincones que lo inspiraron a ser capturados con su cámara análoga, y el viaje personal de descubrimiento que ha vivido a través de su obra.
A mitad de la noche levantamos nuestras copas en un brindis por José y por Tanta Dinamita, celebrando no solo esta exposición, sino todo lo que viene después.
Gracias a todos los que hicieron posible esta noche tan especial. A quienes estuvieron presentes, a quienes colaboraron en el montaje, y a quienes creen en el poder del arte para conectar y emocionar.
¡Felicidades, José!
Mario Hernández.
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